Zíngara fue una mujer de fuego suave y alma libre.
No hablaba , brillaba: cada una de sus joyas contaba secretos antiguos llenos de magia .
Hoy, su esencia renace en una colección llena de poder y belleza indomable de lo femenino.
Una colección en donde las manos creadoras y la naturaleza se funden en armonía, entrelazando seda , cristales y piedras preciosas. Manos que con paciencia y maestría rescatan técnicas ancestrales como el engastado a mano y el teñido de la seda, transformando cada pieza en arte puro.
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